La infancia, y todo lo que vivimos siendo niños, moldea nuestra personalidad y nos convierte en los adultos que somos ahora.
Cuando pensamos en la grandeza del Imperio Romano, nuestra cabeza vuela a los largometrajes que hacen referencia a él y a localizaciones como el Coliseo.
Ni los impuestos, ni la oscuridad, ni los insectos son lo que más nos aterra a los adultos y es que el primer puesto se lo lleva la alopecia. Cuando cumplimos cierta edad, intentamos buscar todas las ...
Cada vez hay que esperar menos para que los polvorones, los turrones, los panettones y el resto de dulces navideños ...